Comienza uno de los periodos más importantes . para los futuros maestros, como son las prácticas. Un tiempo de observar, intervenir, crear, reflexionar, conocer... Es decir, intentar poner por obras aquello que llevamos tres años aprendiendo. Y uno se da cuenta de que no sabe nada, o que sabe menos de lo que pensaba. Y es entonces cuando uno interioriza que toda la vida es un continuo aprender, y que de toda circunstancia uno sale enriquecido. Y esto ayuda a afrontar la jornada entre niños, entre adultos, entre adolescentes, porque uno tiene la seguridad de que recibe más que da y con esta certeza se acerca a la persona que se le encomienda.
Estamos de prácticas, pero nunca debemos olvidar que el año que viene esas personas de las cuales este año no somos responsables, quizás estarán bajo nuestra responsabilidad, y exigirán el máximo de nosotros mismos, que nos demos por entero. Por tanto este tiempo de prácticas debe ser un aprender a darse, a buscar el bien del alumno, a dejarme hacer por las circunstancias, a dejarme guiar en mi labor educativa y sobre todo a descubrir la maravilla de la docencia.
Y es que sólo dejándose enamorar por esta noble profesión, uno puede día a día poner al mal tiempo buena cara, buscando lo positivo de cada uno de nuestros alumnos, y participando en el bello itinerario de sus vidas.
Desde estas líneas os animamos a entregaros en prácticas y a disfrutar cada momento como un gran regalo.
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