martes, 18 de enero de 2011

La estimulación temprana


Tal vez la historia narrada en el  libro de Anna Vila: “tengo una hija deficiente, no refleje la realidad actual sobre la intervención con alumnos con necesidades educativas especiales, pero nos puede ayudar a darnos cuenta de la importancia de comenzar la estimulación multisensorial lo más tempranamente posible en niños con necesidades específicas.

En el libro la madre de una niña paralítica cerebral,  narra la historia de su hija , a la que todos auguraron un futuro incierto. Su madre (enfermera de profesión), nos va adentrando el día a día de su hija Sandra. En uno de sus capítulos la autora nos cuenta cómo, el  médico le aconsejó, que mantuviese a la niña en casa hasta ver como evolucionaba y a los tres o cuatro años, en función de la evolución plantearse que actuaciones le convienen más. Es verdad que esto sucedió hace 15 o 20 años, y desde entonces la forma de trabajar ha avanzado mucho, pero a pesar de eso, creemos que aún no  se da a la estimulación temprana la importancia que tiene.
 
       Existen múltiples razones para justificar porque afirmamos que los niños con trastornos neuromotores específicamente de origen central pueden obtener mejores resultados en la rehabilitación, cuanto antes empiecen a realizarlas.

       Hablamos en primer término de las ventajas, que para casos de este tipo, proporciona la muy mencionada plasticidad neuronal. Es en los dieciocho primeros meses de vida cuando el niño se desarrolla y aprende mas velozmente y el cerebro, producto de esta plasticidad neuronal, reconoce y se adapta mas fácilmente a determinadas conductas ya sean normales o no. De esto se deduce que es en esta etapa donde tenemos que proveerle al niño patrones normales de movimiento con el objetivo de que el cerebro, aun inmaduro, los capte con mayor facilidad y de esta forma también evitamos que se formen patrones motrices anormales que en el futuro solo entorpecen y demoran la rehabilitación.

           Como segunda razón podemos mencionar la importancia que tienen las experiencias sensoriomotrices para el desarrollo cognitivo en general. Los niños con capacidades físicas limitadas presentan trastornos perceptúales que dificultan en gran medida, el normal desarrollo de los procesos cognitivos interfiriendo además en el proceso educativo. Todo esto puede evitarse si en este periodo le proporcionamos al niño la debida información perceptual que le permita captar los estímulos y utilizarlos funcionalmente en dependencia de sus necesidades.

          Otro motivo fundamental que suma importancia a la estimulación precoz, es la presencia en el recién nacido con daño cerebral de reflejos anormales de movimiento que dificultan en gran medida las reacción posturales normales tales como la posición de la cabeza en el espacio (cara vertical, boca horizontal) así como la alineación de la cabeza con el tronco y del tronco con las extremidades. Estas posturas anormales de movimiento provocan tonos musculares también anormales que varían del hipertono al hipotono. Con frecuencia estas posturas no son muy intensas en el niño pequeño por consiguiente es en esta etapa donde se pueden obtener cambios de tono y posturas para facilitar el movimiento y desarrollo del niño lo más cercano a la norma posible.


          Es por tanto necesario llevar a cabo una intervención multidisciplinar con alumnos que presentan dificultades desde su nacimiento, como es el caso que se nos relata en el libro, fomentando aquellas capacidades que el niño/a tiene comprometidas debido a su discapacidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario