Es importante tener un buen profesional al lado, entusiasta, preparado y dispuesto a ayudar.
Puesto que la esquizofrenia es una enfermedad, son los médicos aquellos profesionales que en primera línea deben tratar el caso, y en particular los especialistas en psiquiatría, siguiendo de cerca psicólogos, enfermeros, trabajadores sociales, ..etc.
Al psiquiatra se le debe pedir:
· Conocimientos actualizados y puesta al día de las últimas investigaciones.
· Experiencia clínica probada en la esquizofrenia.
· Comprensión hacia los problemas “no médicos” de la familia, y su mejor consejo.
· Una revisión periódica del paciente, aunque todo vaya “normalmente”.
· Que incluya espontáneamente a la familia en el proceso terapéutico.
Así mismo, al psiquiatra se le debe dar:
· Toda la información posible.
· Toda la sinceridad necesaria.
· El apoyo incondicional a sus consejos terapéuticos.
Con un justo equilibrio entre lo que se debe exigir como familiar y lo que se debe dar, las posibilidades de que el paciente mejore aumentan notablemente.
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