domingo, 6 de febrero de 2011

Trastornos de las capacidades intersubjetivas y mentalistas en las personas con autismo.


El autismo afecta a las capacidades de codificar emociones, relacionarse intersubjetivamente con las personas y responder de forma empática a sus vivencias. Además afecta a aquellas capacidades que requieren comprender que las personas tienen representaciones mentales.

Esta comprensión intersubjetiva de las personas no es sólo una actividad emocionalmente neutra o puramente cognitiva,  es también una experiencia afectiva.

Por tanto, los autistas tienen dificultades específicas para predecir la conducta de las personas en función de las representaciones de éstas, cuando tales representaciones no coinciden con la realidad.

En esta dimensión podemos establecer 4 niveles.

1.      Personas con ausencia de pautas de expresión correlativa, no les afectan las expresiones emocionales. Tienen falta de interés y de atención por las personas.

2.     Personas con respuestas intersubjetivas primarias ocasionales, es decir personas que se ven afectadas por las expresiones de emociones ajenas. Pueden tener la vivencia de compartir, aunque sea de forma muy ocasional o limitada, emociones. No hay muestras o indicios de que la persona perciba al otro como “sujeto”.


3.     Indicios de que la persona percibe al otro como sujeto (indicios de intersubjetividad  secundaria), pero no de atribución explicita de mente. Se emplean de forma limitada y ocasional términos mentales como “contento” o “triste”.

4.     La persona con TEA en este nivel, tiene conciencia explícita de que las otras personas tienen mente y emplea términos mentales. Sin embargo, los procesos mentalistas en las interacciones reales son limitados, lentos y simples. No se acomodan bien a la complejidad, el dinamismo y las sutilezas de las interacciones.

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