Es en esta etapa donde el niño va a pasar de los reflejos innatos con los que nace a tener determinadas habilidades motoras y a eliminar aquellos reflejos que no le son útiles.
Así determinados reflejos innatos, se convertirán en condicionados y a partir de alguno de ellos desarrollará las habilidades motrices básicas.
De 1 a 3 meses irá tomando conciencia de las partes de su cuerpo, siendo capaz de mantener por poco tiempo erguida la cabeza y sujetarse boca abajo sobre sus brazos.
El niño irá desarrollando habilidades motrices básicas como coger, sujetarse, golpear, voltearse, gatear hasta llegar a dar sus primeros pasitos con ayuda.
Poco a poco ejerce control sobre su cuerpo, y lo que descubre casualmente se va a transformar en una conducta a imitar, así descubre la ley causa-efecto.
Su principal vía de exploración comienza siendo la boca, llevándose todo aquello que le llama la atención a la misma.
Es un periodo de rápido desarrollo, en el que se han a asentar las capacidades básicas motoras que posteriormente el niño irá desarrollando.
No sólo se va a desarrollar la motricidad gruesa, sino también hay un considerable desarrollo de la fina, el niño va a pasar de coger los objetos torpemente con la mano a atraparlo haciendo la pinza. Esto le va a posibilitar ser capaz de llevarse un vaso a la boca, o de coger él sólo el biberón.
Además van a aparecer los primeros contactos con su expresión artística, va a ser capaz al final del periodo de hacer garabatos, y debido a la discriminación progresiva de los sonidos, va a ser capaz de acompasar la música con las palmas o bien con el sonajero.
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