jueves, 27 de enero de 2011

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL


La inteligencia emocional es la habilidad de utilizar adecuadamente las emociones para guiar nuestra conducta a objetivos deseados:
1. Autoconocimiento: saber identificar nuestras emociones y observar a que responden.
2. Automotivación: Es la capacidad para motivarnos a nosotros mismos.  Es decir, identificar nuestros objetivos y ser capaces de planificar acciones para conseguirlos.
3. Autorregulación: Es la capacidad de canalizar nuestras emociones y evitar que estas nos desborden.
4. Empatía y habilidades sociales: Es la capacidad para conocer y entender el estado de ánimo de otras personas.
Debemos partir de que todos los sentimientos son aceptables, pero no todas las conductas lo son.
Así, podemos considerar de una manera práctica a la inteligencia emocional como la gestión o uso inteligente de las emociones.
En esta gestión adecuada se dan dos procesos:
1. Percepción emocional, es decir ser consciente de las emociones.
2. Regulación o manejo adecuado de las mismas.
Por tanto, la inteligencia emocional implica el ser consciente de las emociones y una vez que lo somos, poder manejarlas adecuadamente.
Para ser inteligentes emocionalmente, debemos dominar los siguientes procesos:

1. Conciencia emocional:
·         Percepción emocional, es decir percepción de la emoción.
·         Compresión y validación emocional, es decir comprensión de la emoción.

2. Manejo emocional.
·         Regulación de la emoción.
·         Aplicación emocional, es decir ver que en unas circunstancias es buena y en otras no.
3. Gestión inteligente de las emociones.

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