lunes, 31 de enero de 2011

MANIFESTACIONES DEL TRASTORNO DE ESPECTRO AUTISTA

La idea de un “espectro autista”, de que los rasgos autistas pueden situarse en un conjunto de continuos o dimensiones que no sólo se alteran en el autismo sino también en otros cuadros que afectan al desarrollo, tuvo su origen en un estudio  de Lorna Wing (1979), realizado con niños menores de 15 años con deficiencias importantes en la capacidad de relación. En el estudio se observó que niños que no eran autistas en el sentido más estricto, presentaban una serie de déficits semejantes a los principales del autismo: trastornos de la relación, de las capacidades de ficción y juego simbólico, de las capacidades lingüísticas y comunicativas y finalmente de la flexibilidad mental y comportamental.
Así, los rasgos del espectro autista no se producen sólo en las personas con trastorno profundo del desarrollo (TGD), sino en otras cuyo desarrollo está afectado por diferentes causas: retrasos de origen metabólico o genético, epilepsias de la primera infancia que se acompañan con retraso mental, alteraciones asociadas a cuadros de discapacidad sensorial. Todas ellas presentan “espectro autista” (TEA).
Para el conjunto de personas con cuadros situados en el espectro autista, pueden establecerse un continuo, en que los síntomas que corresponden a unas mismas dimensiones varían, dependiendo principalmente de los seis factores citados anteriormente.
Según la clasificación de Lorna Wing (1988), se diferencian 4 dimensiones principales de variación del espectro autista:
1.   Trastorno en las capacidades de reconocimiento social.
2.  Trastorno en las capacidades de comunicación social.
3.  Trastorno en las destrezas de imaginación y comprensión social.
4.  Patrones repetitivos de actividad.

Además hay otras funciones psicológicas afectadas, como el lenguaje, las respuestas a estímulos sensoriales, la coordinación motora y las capacidades cognitivas.
Dentro de estos 4 grandes bloques, podríamos hablar de 12 dimensiones, en las cuales no todas las personas de espectro autista tiene la misma afectación, eso explica la gran diversidad de patrones de comportamiento que nos encontramos en estas personas.

1.    Trastornos cualitativos de la relación social.
2.   Trastornos de las capacidades de referencia conjunta (acción, atención y preocupación conjuntas).
3.   Trastornos de las capacidades intersubjetivas y mentalistas.
4.   Trastornos de las funciones comunicativas.
5.   Trastornos cualitativos del lenguaje expresivo.
6.   Trastornos cualitativos del lenguaje receptivo.
7.   Trastornos de las competencias de anticipación.
8.   Trastornos de la flexibilidad mental y comportamental.
9.   Trastornos del sentido de la actividad propia.
10.   Trastornos de la imaginación y de las capacidades de ficción.
11.   Trastornos de la imitación.
12.   Trastornos de la suspensión (la capacidad de hacer significantes).

Las personas con espectro autista se encuentran afectadas en estas dimensiones, pero el grado de afectación es distinto, pudiéndose hacer una subdivisión en 4 niveles de cada una de las dimensiones. Esta clasificación se realiza con la finalidad de concretar para cada persona diferentes objetivos educativos y terapéuticos.

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