domingo, 24 de abril de 2011

LA INCLUSIÓN EN LOS CUENTOS CLÁSICOS


El valor de la aceptación del otro tal cual es, el de acoger al diferente en su singularidad, no es muy bien tratado en los cuentos  clásicos. Así en el “Patito feo”, el patito es rechazado hasta que este se transforma en un cisne, en el soldadito de plomo el soldado es igualmente arrojado a las cloacas, en la “bella y la bestia” se plantea la pena que da que la bestia tenga un gran corazón y que sin embargo sea tan fea, en la sirenita se enfatiza como esta tiene que decidir dejar de ser como es para poder entrar en el mundo de los humanos.
Incluso en los “músicos de Bremen” todos los músicos son arrojados de sus casa porque son inservibles, a pesar de ello los hermanos Grimm ponen de manifiesto que la unión de estos aparentemente desechados, los hace un grupo capaz de vencer las adversidades.
Por tanto,  a través de los cuentos se presenta a la persona diferente como la que tiene que cambiar y adaptarse al resto, y como si esto no se hace, es dejada de lado, abandonada a su suerte.
Tal vez, en el “soldadito de plomo” aparece una doble respuesta ante este dilema, que es frente al rechazo por parte del resto de los muñecos e incluso de sus hermanos, la aceptación por parte de la bailarina que no se queda en lo exterior (es decir en la pierna que le falta) sino que su corazón se une con el del soldadito, aceptando voluntariamente el destino de morir quemada en la chimenea.

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